REFLEXIÓN SEMANAL DEL SÁBADO 07 DE DICIEMBRE.

¡TE ALABAMOS VIRGEN MARÍA, POR CUYA BENDICIÓN QUEDA BENDECIDA TODA LA NATURALEZA! San Anselmo, obispo y doctor de la Iglesia.

El cielo, los astros, la tierra, los ríos, el día, la noche, y todo lo que se halla sometido al poder y al servicio del hombre, se congratulan, Señora, porque habiendo perdido su antigua nobleza, ahora han sido en cierto modo resucitados por ti y dotados de una gracia nueva e inefable.

Pues todas estas cosas estaban como muertas, al haber perdido su congénita dignidad de servir al dominio y utilidad de los que alaban a Dios, para lo cual habían sido creadas; estaban abrumadas por la opresión y descoloridas por el abuso de los que servían a los ídolos, para los cuales no habían sido creadas. Ahora se alegran como si hubieran retornado a la vida, porque ya vuelven a estar sometidas al dominio de los que confiesan a Dios, y embellecidas por el uso que de ellas hacen.

Es como si hubiesen saltado de alegría por esta gracia nueva e inapreciable, al sentir que Dios mismo, su creador mismo, no sólo reinaba sobre ellas de un modo invisible, sino que incluso lo vieron en medio de ellas, santificándolas visiblemente al usarlas. Estos bienes tan grandes vinieron a través del fruto bendito del vientre sagrado de la Virgen María.

Por tu plenitud de gracia, lo que estaba en el país de los muertos se alegra al sentirse liberado, y lo que está por encima del mundo se alegra al sentirse restaurado. En efecto, por el glorioso Hijo de tu gloriosa virginidad, todos los justos que murieron antes de la muerte vivificante de Cristo se alegran al verse libres de su cautividad, y los ángeles se congratulan por la restauración de su ciudad medio en ruinas.

¡Oh mujer llena y sobreabundante de gracia, cuya plenitud se derrama con redundancia sobre toda la creación y la hace reverdecer! ¡Oh Virgen bendita y desbordante de bendiciones, por cuya bendición queda bendecida toda la naturaleza, no sólo la creatura por el Creador, sino también el Creador por la creatura!

Dios dio a María su Hijo, el único engendrado de su seno, igual a sí, al que amaba como a sí mismo; y de María se hizo un Hijo, no distinto, sino el mismo, de suerte que por naturaleza fuese el mismo y único Hijo de Dios y de María. Toda la naturaleza ha sido creada por Dios, y Dios ha nacido de María. Dios lo creó todo, y María engendró a Dios. Dios, que hizo todas las cosas, se hizo a sí mismo de María; y de este modo rehízo todo lo que había hecho. El que pudo hacer todas las cosas de la nada, una vez profanadas no quiso rehacerlas sin María.

Dios, por tanto, es padre de las cosas creadas y María es madre de las cosas recreadas. Dios es padre de toda la creación, María es madre de la universal restauración. Porque Dios engendró a aquel por quien todo fue hecho, y María dio a luz a aquel por quien todo fue salvado. Dios engendró a aquel sin el cual nada en absoluto existiría, y María dio a luz a aquel sin el cual nada sería bueno.En verdad el Señor está contigo, ya que él ha hecho que toda la naturaleza estuviera en tan gran deuda contigo y con él.